En diciembre de 2021, si no hay más retrasos,un cohete Ariane podrá en órbita el telescopio espacial James Webb, JWST, una enorme y delicada estructura que será capaz de ver más atrás en el tiempo que ningún otro artefacto humano. Tras su puesta en órbita el JWST tendrá que desplegarse en su verdadero tamaño, como un transformer de origami y luego viajar más 1.5 millones de kilómetros hasta un punto estable y lejano del sistema tierra-sol conocido como segundo punto estable de Lagrange o L2. Una vez allí podrá observar los primeros instantes tras la gran oscuridad con la creación de las primeras galaxias.

El telescopio espacial James Webb buscará las tenues señales de las primeras estrellas y galaxias ue se formaron tras el Big Bang. 400,000 años después justo cuando los fotones comenzarón a poder escapar y se hizo la luz.
El JWST mira los objetos del cosmos en el infrarrojo, concretamente en el cercano y es por ello que debe proteger su espejo principal y secundario de la intensa radiación solar que lo cegaría. Para ello desplegará unas enormes velas de aislamiento que gracias a sus cinco capas de finísimo aluminio y silicona, separadas por vacío estelar crearán una protección térmica excepcional. Éste escudo térmico del tamaño de una cancha de tenis permitirá que en la parte expuesta al sol, en la que se encuentran los paneles solares, se alcancen temperaturas de 85ºC y en el lado opuesto del telescopio de -233ºC, unos 40º por encima del cero absoluto.
Este telescopio de enorme espejo compuesto y plegabe fue diseñado para captar la tenue luz infrarroja de los objetos más distantes de la galaxia y mirar como era el universo en sus primeros momentos antes de la formación incluso de las primeras estrellas y las primeras galaxias. La luz que emitieron hace 13500 millones de años por la relatividad se debe haber desplazado hacía el espectro infrarrojo que el Weeb ha sido diseñado para medir, que es el IR cercano y medio. El telescopio espacial Herschel, lazado en 2009 por la ESA en reconocimiento al descubridor del espectro infrarrojo, era sensible al infrarrojo lejano y cerca de las microondas. Herschel pudo observar una galaxia originada unos 880 millones de años tras el Big bang que creaba estrellas a una considerable velocidad de unas 2.000 masas solares al año. Lametablemente el Herschel acabó su congelante para mantener la temperatura de los instrumentos muy fria en 2013 y dejo de ser útil.
Ya en el universo más cercanno, el Webb podrá captar la tenue luz infrarroja que emiten pequeñas estrellas y planetas que orbitan estrellas lejanas. Aunque su sensibilidad será tal que si todo va bien incluso podrá captar si en las atmósferas de esos planetas hay signos compatibles vida. Utilizando una técnica denominada espectroscopía de transmisión, el Webb puede analizar la luz de una estrella filtrada a través de la atmósfera de un planeta en la zona habitable, por ejemplo, y ver su composición química aproximada.
El sistema TRAPPIST-1 que se encuentra a 40 años luz de la tierra, compuesto por una estrella fria y siete planetas parecidos a la tierra, tres en la zona de habitabilidad o con posibilidad de agua líquida, será con mucha probabilidad uno de los objetivos de este telescopio.
Además, y no menos importante, debe ayudar a medir la constante de expasión del universo. Ahora mismo esa constante tiene tres valores diferentes según se mida y el Webb puede ayudar a calcular este valor de varias maneras y ver a cuál se acerca más. Esto puede ayudar a afinar las teorías y sus prediciones sobre la cantidad y la naturaleza de la materia oscura.
Estemos atentos al despliege del mayor ingenio humano puesto en el espacio hasta la fecha. Veremos si la suerte nos sonrie y vemos más mucho más allá en el infrarrojo cercano pero de tiempos muy lejanos.
REFERENCIAS
Un comentario en “Telescopio James Webb una impresionante y precisa máquina del tiempo”